Este aprendiz de gatito gay no podía creer lo que veían sus ojos cuando llegó a la obra donde iba a trabajar: iba a estar bajo la supervisión del magnífico iraní Arad Winwin. El musculoso macho de belleza viril y despampanante le hechiza a primera vista. El gatito babea de envidia al verlo sin camiseta y con los pectorales al aire. Arad sabe el efecto que causa y comprende rápidamente que el aprendiz quiere estar de rodillas ante él. Cuando un chico bueno y dócil quiere adorarle, Arad está encantado de sacar su suntuosa polla y ofrecérsela. El gatito se deleita bombeándola y va a disfrutar de sus nalgas al 200% mientras es follado por el sublimemente magnífico semental. Arad le pintará literalmente el cuerpo con su espeso semen alfa.