Este rey tiene gustos particulares y se ha rodeado de súbditos capaces de satisfacerlos. Todas las tardes, les pide que se exhiban y forniquen delante de él. Le encanta mirar, es lo suyo, y nada le excita más que ver a un hombre chupándosela a otro o siendo follado. Le gusta mirar mientras se masturba, y la mayoría de las veces, como hoy, cuando el entretenimiento está a la altura, se une y empieza a follar también con placer al obediente culito. Sofisticados y discretos placeres libertinos.