Hasta ahora, este gay culón nunca había conocido a un tío mandón. Ahora va a descubrir el placer de adorar a un tío que manda en la cama, tumbado, esperando su favor. Dominante, con una sonrisa viciosa, el mandamás ve como su obediente chupapollas se ocupa de su gran polla y le hace sentir como si fuera su casa. Una vez que tiene la polla dura, todo lo que tiene que hacer es subirse, acomodarse y dejarse limar. Es tan bueno ser tomado en mano... y aún mejor recibir un poco de leche caliente en la boca al final.